
Pastor que con tus silbos amorosos
Me despertaste del profundo sueño;
Tú, que hiciste cayado de ese leño
En que tiendes los brazos poderosos.
Vuelve tus ojos a mi fe piadosos,
Pues te confieso por mi amor y dueño,
Y la palabra de seguirte empeño
Tus dulces silbos y tus pies hermosos.
Oye, Pastor, que por amores mueres,
No te espante el rigor de mis pecados,
Pues tan amigo de rendidos eres.
Espera pues, y escucha mis cuidados;
Pero; ¿Cómo te digo que me esperes,
Si estás para esperar los pies clavados?
Rima Sacra XIV Don Félix Lope de Vega.
Cinco verbos que encarnan cinco características que Él mismo nos propuso como descriptivas del ser y del quehacer del Buen Pastor: amar, conocer, caminar adelante, llamar por su nombre, y dar la vida por las ovejas.
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