lunes, 27 de junio de 2011

La vocación del predicador


La vocación del predicador nace de la gracia. Una persona no se llama a sí misma para predicar, es llamada por Dios. Al mismo tiempo hay que reconocer que la predicación es una responsabilidad nuestra.

Tenemos que ser responsables, tomar en serio esta misión, para que Dios haga fructificar nuestras pobres palabras, haciendo de ellas un instrumento de la Palabra de Dios.

La Predicación es el anuncio de la presencia activa y salvadora de Dios en medio del mundo y de la historia. El predicador reconoce que las mismas huellas de Dios que se encuentran en la Biblia se encuentran también en el mundo de hoy, trazando un camino de salvación que pasa por el corazón de nuestros tiempos. La predicación anuncia esta presencia fiel de Dios, hecha realidad en la persona de Cristo… A ese anuncio del Dios-amor, estamos todos llamados a responder con acciones concretas.

Fr. Brian J. Pierce, O.P, La vocación del predicador




http://mjd-milagro.blogspot.com/

viernes, 10 de junio de 2011

Mes del Sagrado Corazon- 2011


CORAZÓN DE JESÚS, DÉJAME FUNDIRME EN VOS

Dejame fundir mi historia en tu Corazón
con toda su carga de debilidad,
y entregar a tu misericordia lo que tu amor dejó atrás.

Dejame fundir mis ojos en tu Corazón
hasta mirar reconciliado mi propia realidad.

Dejame fundir mis oídos en tu Corazón
hasta escuchar lo que jamás imaginaron que podías
y querías pronunciar: “Yo te perdono; quédate en paz”.

Dejame fundir mi boca en tu Corazón
hasta aprender en el silencio a decir: “Abbá”.

Dejame fundir mi rostro en tu Corazón,
hasta encontrar hecho niño el asombro,
con que un día me acercaba hasta tu altar.

Y si ves que a las puertas de fundirme,
mi miedo me detiene y te dice: “¡Basta ya!”,
que tu mano en mi cabeza, me responda:
“Tan sólo, déjate amar”.


Javier Albisu s.j