
Hoy es el día nuevo que separa el antes y el después, los dos tiempos de la historia, los dos tiempos de la fe. El antes: el tiempo de la muerte y de la tumba. El después: la vida nueva.
Un después que es ahora.
Un después que ya es hoy.
El primer día de la semana…
con el corazón puesto en el antes, María Magdalena se ha acercado a la tumba. La tumba está vacía. Vacía como vientre materno que ha dado luz. Está vacía porque ahí no está la vida.
En el primer día de la semana…
el anuncio del ángel a María hecho treinta y pico de años antes adquiere toda su verdad, porque el Jesús de la Pascua es más que nunca y para siempre el Emmanuel, Dios con nosotros, un Dios que no se desentiende de la historia sino que ha puesto su tienda entre nosotros para no desarmarla nunca jamás.
Desde aquel primer día de la semana…
todo lo podemos en Él, en el que nació en Belén, en el que vivió como uno de tantos y amó como nadie, en el que subió a orar y compadecido alimentó a su pueblo, en el que curó, perdonó y le dio vida a su amigo Lázaro. El que ayer colgaba de la cruz, es cabeza de una nueva raza de hombres, el primero de todos.
Creer en su resurrección es mucho más que afirmar que fue sacado de la tumba, es reconocer que el proyecto de Dios se realizó en Jesús plenamente y desde él en cada hombre; hoy entre luces y sombras, mañana como realidad absoluta.
Hoy es el primer día de la semana…
y si con dolor descubrimos que hoy parece que reina la muerte en sus variadas formas y que la historia se rige por la ley del más fuerte o astuto, si el odio y la ambición funcionan como motores de muchas luchas humanas; también estamos convencidos que esa triste realidad puede cambiar y debe cambiar. Cristo muerto y resucitado es la fortaleza del cristiano que no se avergüenza de tener un corazón de niño que no se ha atado a nada y que todavía cree en los imposibles.
No
busquemos entre los muertos al que está vivo. Caminar ahora en la vida nueva es una manera nueva de pensar, de comunicarnos, de tratarnos, de estar en familia, de organizar el trabajo, de plantearnos el futuro, de vivir el amor, la pareja y la vocación, de hacer algo inédito por el país y la sociedad; porque “El que está en Cristo es una nueva criatura”.
Pascua es…
· la fuerza del Espíritu moviendo constantemente la vida y la historia
· urgencia por pensar de nuevo, aportar de nuevo, crear de nuevo, empezar de nuevo, crecer con “la nueva levadura de justicia y la santidad”
· tener los ojos y el corazón del que hace nuevas todas las cosas.
Es Pascua y es resurrección…
· cada vez que una mujer da a luz y se sigue apostando a la vida
· cuando los chicos crecen pueden vivir con esperanza.
· el trabajo digno y es esfuerzo valorado
· la abnegación del que vuelve una y otra vez a empezar sin aflojarle a la vida
· la silenciosa espera después de la siembra y el fruto recogido
· toda obra buena salida de nuestras manos.
· la libertad, la democracia y la convivencia
· cada vez que perdonamos y arrancamos una sonrisa,
· que ayudamos al que necesita y sostenemos las rodillas vacilantes
· cada vez que protegemos a un chico y mimamos un anciano
Todo es Pascua cuando la vida tiene sentido y nos encuentra con las manos y el corazón ocupados trabajando por el gran proyecto del Reino. Porque todo paso que damos de la muerte a la Vida es el mismo paso de Cristo entre nosotros. Paso de Cristo que hace Pascua, es su Resurrección latiendo en el Corazón del Hombre y haciendo nueva la historia.
Un después que es ahora.
Un después que ya es hoy.
El primer día de la semana…
con el corazón puesto en el antes, María Magdalena se ha acercado a la tumba. La tumba está vacía. Vacía como vientre materno que ha dado luz. Está vacía porque ahí no está la vida.
En el primer día de la semana…
el anuncio del ángel a María hecho treinta y pico de años antes adquiere toda su verdad, porque el Jesús de la Pascua es más que nunca y para siempre el Emmanuel, Dios con nosotros, un Dios que no se desentiende de la historia sino que ha puesto su tienda entre nosotros para no desarmarla nunca jamás.
Desde aquel primer día de la semana…
todo lo podemos en Él, en el que nació en Belén, en el que vivió como uno de tantos y amó como nadie, en el que subió a orar y compadecido alimentó a su pueblo, en el que curó, perdonó y le dio vida a su amigo Lázaro. El que ayer colgaba de la cruz, es cabeza de una nueva raza de hombres, el primero de todos.
Creer en su resurrección es mucho más que afirmar que fue sacado de la tumba, es reconocer que el proyecto de Dios se realizó en Jesús plenamente y desde él en cada hombre; hoy entre luces y sombras, mañana como realidad absoluta.
Hoy es el primer día de la semana…
y si con dolor descubrimos que hoy parece que reina la muerte en sus variadas formas y que la historia se rige por la ley del más fuerte o astuto, si el odio y la ambición funcionan como motores de muchas luchas humanas; también estamos convencidos que esa triste realidad puede cambiar y debe cambiar. Cristo muerto y resucitado es la fortaleza del cristiano que no se avergüenza de tener un corazón de niño que no se ha atado a nada y que todavía cree en los imposibles.
No
busquemos entre los muertos al que está vivo. Caminar ahora en la vida nueva es una manera nueva de pensar, de comunicarnos, de tratarnos, de estar en familia, de organizar el trabajo, de plantearnos el futuro, de vivir el amor, la pareja y la vocación, de hacer algo inédito por el país y la sociedad; porque “El que está en Cristo es una nueva criatura”.
Pascua es…
· la fuerza del Espíritu moviendo constantemente la vida y la historia
· urgencia por pensar de nuevo, aportar de nuevo, crear de nuevo, empezar de nuevo, crecer con “la nueva levadura de justicia y la santidad”
· tener los ojos y el corazón del que hace nuevas todas las cosas.
Es Pascua y es resurrección…
· cada vez que una mujer da a luz y se sigue apostando a la vida
· cuando los chicos crecen pueden vivir con esperanza.
· el trabajo digno y es esfuerzo valorado
· la abnegación del que vuelve una y otra vez a empezar sin aflojarle a la vida
· la silenciosa espera después de la siembra y el fruto recogido
· toda obra buena salida de nuestras manos.
· la libertad, la democracia y la convivencia
· cada vez que perdonamos y arrancamos una sonrisa,
· que ayudamos al que necesita y sostenemos las rodillas vacilantes
· cada vez que protegemos a un chico y mimamos un anciano
Todo es Pascua cuando la vida tiene sentido y nos encuentra con las manos y el corazón ocupados trabajando por el gran proyecto del Reino. Porque todo paso que damos de la muerte a la Vida es el mismo paso de Cristo entre nosotros. Paso de Cristo que hace Pascua, es su Resurrección latiendo en el Corazón del Hombre y haciendo nueva la historia.
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Eduardo García.
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