jueves, 1 de abril de 2010

Después...




Después, cuando menos lo esperas


aparece más fresca la vida.


Y cuanto más alto miras,


cuanto más te sorprendes más pequeños,


más de rodillas eres ante Dios.




Después, cuando menos lo esperas


el tiempo ha marcado su ritmo,


y un sendero por dentro


ha tejido otra entraña más viva.




Entonces apareces más hermano,


más hijo, más... de rodillas.


Es casi sin querer, al compás del deseo,


de la ilusión, como el hombre


va haciéndose criatura,


más a la imagen


del corazón del amor.




Y después, cuando menos lo esperas


no puedes menos que querer de rodillas






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