Mural Comunitario en el Encuentro de Artistas Dominicos de Argentina “PredicArte”
San Pedro Colalao, Tucumán, Argentina, del 6 al 8 de Junio 2009
San Pedro Colalao, Tucumán, Argentina, del 6 al 8 de Junio 2009

“¡Luz! Mucha luz veo; y lo que veo es dinámico, es no estático, se va moviendo
sobre el verde de las montañas; es movimiento y a la vez luz; luz de colores, muchos colores. Y por ahí, en medio de todo, sobre las nubes y entre el viento, manos, “manos abiertas, que reciben y dan.” Es San Pedro Colalao, Tucumán, en el Norte de la Argentina, cerca de las montañas andinas donde se han dado cita unas 15 personas, artistas, procedentes de diferentes lugares del país, para compartir durante un fin de semana de Junio, su espiritualidad dominica.

San Pedro de Colalao es el lugar donde se puede mirar el lindero de amplia Pampa con las solidas montañas andinas; el lugar donde el sol viene a dormir muy temprano a pocos metros de la superficie terrestre y a jugar con matices anaranjados y rosados que acarician las suaves tonalidades de la noche. Allí el sol parece una gran manzana madura y la luna es más enorme que todas las otras lunas. Y en el balbuceo de este manifiesto natural del sur, la magia del arte pulula en un baile de chacarera, un canto de resistencia, una reflexión sobre lo estético, un arreglo de flores, unos bordados cuidadosos en lana, unos oleos que retratan atardeceres y un mural comunitario. El mural que se pregunta por el lugar del arte en la espiritualidad de Santo Domingo, por la mirada cósmica de su fe, por el caminar que invita a construir siempre caminos, por el color que requiere el mundo para ser mejor y ser lugar para el encuentro.
Silvia Ramos, Nidia, Valeria, Domingo, Luciana, Antonia, Rossana, Ana Cecilia, Liliana, Silvia Ebis, Ross Anne y otras, cada una, cada uno, dejó correr en palabras sus visiones: Luz, colores, trasparencia, formas, movimiento en espiral, caminos, salidas, montaña, cielo, jardines y Wiphala; y seres humanos que se encuentran, tejen rituales de humanidad, y cocinan la esperanza…

Con estas imágenes se comienza a teñir el lienzo de 2,80 x 4 metros, tensado entre dos pilares en el corredor externo de la casa de Retiros de las Dominicas, atravesado por los sueños, la ternura y el sol que llega desde atrás y hace ver el colorido del mural como un inmenso vitral suspendido del cielo. Y como si las imágenes cobraran vida o adquirieran en su interior luminarias propias, las palabras, las visiones, la emotividad del trabajo común nos abrazo con una aureola de alegría que alcanzaba dimensiones cósmicas, en medio de la cual nos sentíamos uno/a con el Universo, de lo sagrado, y de vida. Ahí, salió este Mural, de luz, colores, movimiento, alabanza y de bendición.
http://mjd-milagro.blogspot.com/
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