Preguntas:
1. ¿Nos hacemos más bien acusadores del que se equivoca o tendemos a ofrecerle una prueba de estima más profunda que facilite una experiencia de comunicación y de comunión?
2. La fragilidad en el obrar de los otros suscita en nosotros más indignación o compasión; en la práctica, ¿percibimos más el mal que ha sido cometido o el sufrimiento que el pecador se ha causado?
6. La Caridad y el Compañerismo de Santo Domingo
Todos estaban incluidos en el amplio abrazo de su caridad, y mientras él amaba a todos, todos lo amaban a él… otra cosa que lo hacía tan atrayente para todos era su franqueza; nunca había un indicio de engaño o hipocresía en algo que dijera o hiciera.
(Iordanus de Saxonia, Libellus, MOPH XVI, 107).
Preguntas:
1. ¿Es nuestra sinceridad dulce y misericordiosa?
2. ¿Hemos buscado alguna vez de comprender "nuestras segundas intenciones"?
3. ¿Estamos dispuestos a señalar sea como sea en primer lugar los aspectos positivos de las situaciones que vivimos o somos los enésimos"maestros de la sospecha"?
7. Prouilhe : la contemplación como fuente de la predicación y de su renovación
"Prouilhe […] recuerda que todo renacimiento, toda renovación de la Orden pasa por la oración coral y por la contemplación, por el estudio amoroso de la Palabra y la vida fraterna. Ochocientos años no se celebrarían sino se buscase reencontrar el gusto por el estudio compartido, la oración y la vida común, la contemplación como fuentes de la predicación".
(Trad. AZPIROZ COSTA Carlos A., Prèface du
livre : Sainte-Marie de Prouilhe, 800 ans d’Histoire
Dominicaine, 1206-2006, Edition du Signe,
Strasbourg, p. 5)
Pregunta:
1. En nuestro ritmo de vida cotidiano ¿cuánto tiempo reservamos a la contemplación?
¿En qué medida estamos afectados por el "activismo"?
2. ¿Sabemos permanecer en la expectativa que el Señor "nos abra las sendas de la predicación", o queremos ser siempre nosotros los protagonistas, terminando por predicarnos a nosotros mismos?
8. Santo Domingo y las Escrituras
El hermano Juan de España dijo, que el hermano Domingo a menudo motivaba y exhortaba a los frailes de la Orden mediante su palabra y sus cartas para siempre estudiaran el Nuevo y el Antiguo Testamento… Domingo siempre llevaba con él el Evangelio de Mateo y las cartas de Pablo y las estudiaba mucho, tanto así que casi se las sabía de memoria.
(Trad. Acta canonizationis S. Dominici, MOPH
XVI, Bologna 29).
Pregunta:
1. ¿Predicamos la Palabra de Dios o nuestras "bellas ideas" , nuestros miedos o a nosotros mismos?
2. ¿Nuestra meditación de la Palabra de Dios esta preparada desde un estudio serio de la Palabra de Dios o es más bien improvisada?
9. La pasión de la Palabra
Es necesario el valor y la tenacidad para continuar a anunciar el Evangelio en un mundo que le es hostil. Se tiene a veces el sentimiento de perder el tiempo y de no obtener ningún resultado. Domingo no cedió jamás a estas tentaciones. Al contrario, no dejaba pasar la oportunidad de anunciar la Palabra de Dios y exhortaba a sus hermanos a hacer lo mismo.
(Trad. Quilicï Alain, «En suivant un Maître
spirituel», La Revue du Rosaire, Juillet-Août 2003, p. 21)
Preguntas:
1. ¿Vivimos resistiéndonos a predicar integralmente el Evangelio?
2. ¿Buscamos medios de predicación adecuados a las nuevas tecnologías de la comunicación?
3. ¿Nos sentimos "inútiles predicadores en el desierto" o más bien "enviados"?
10. La lectura de la Palabra de Dios
Entre los métodos de la vida espiritual que Santo Domingo practicó, existe uno que él ha tomado de la gran tradición monástica y que es el de la lectura meditada de la Palabra de Dios, que se llama Lectio Divina. Esta consiste en leer una página del Antiguo o del Nuevo Testamento, no como un texto en medio de tantos otros, sino como siendo la Palabra de Dios. Leyendo el texto, uno se coloca en actitud de escucha a Dios quien nos habla.
(Trad. Quilicï Alain, «En suivant un Maître
spirituel», La Revue du Rosaire, Juillet-Août 2003, p. 22)
Preguntas:
1. ¿Predicamos más aquello que sabemos o comunicamos una experiencia espiritual ("contemplari et contemplata aliis tradere", no studere et scita aliis tradere…)?
2. ¿Tenemos temor de comunicar nuestra experiencia de Fe en un coloquio comunitario en un encuentro de grupo?
3. ¿Hemos hecho alguna vez la Lectio divina? ¿Sabríamos animarla?
11. Los inicios de los Frailes
[…] Apareció como apóstol en el mundo y salvó la semilla de mi palabra, con gran verdad y luminosidad, disipando la oscuridad y aportando claridad… ¿En qué mesa alimenta a sus hijos e hijas con la luz de la ciencia? En la mesa de la Cruz, que es la mesa del deseo divino… Domingo no desea que sus hijos e hijas se dediquen a nada más que permanecer en esta mesa, para buscar con la luz de la ciencia la gloria y alabanza de mi único nombre y de la salvación de las almas… Por tanto su religión es un jardín delicioso, amplio y extenso, gozoso y fragante.
( Trad. Caterina da Siena, Il Dialogo, cap. 158,
ll. 476-527, a cura di Giuliana Cavallini, Ediz.
Cantagalli, 1995).
Preguntas:
1. Santo Domingo es a menudo representado arrodillado a los pies de la cruz ¿Es también para nosotros la cruz "la mesa del deseo divino"?
2. Para Santo Tomás de Aquino (S. th. III, 46, 3; 49, 1) la pasión de Cristo es también en primer lugar una "invitación a la caridad", una "provocación" (ad diligendum Deum; ad caritatem). ¿Sabemos vivirla y predicarla como la "más abundante misericordia" (S. th. III, 46, 1, 3m) del Padre?
12. Pobreza, el pobre y la predicación
La opción por la pobreza y por el pobre era para santo Domingo algo mucho más profundo que una elección moral. Era para él la revelación del verdadero rostro de la Iglesia y de su predicación. Domingo descubría que la predicación hace a la Iglesia y la Iglesia a la Predicación. Descubría que una predicación según el Evangelio reúne en la Iglesia a los hijos de Dios dispersos […].
(Trad. WALSH Liam, Lumière pour l’Eglise, IDI,
Juin 2006, n. 443, p. 172/b).
Preguntas:
1. La elección de la pobreza voluntaria"o Dio o la mamona" Mt. 6,24) es el "primer fundamento para adquirir la perfección en la caridad" (S. th. II II, 186, 3), ¿Estamos convencidos de esto?
2. Nuestra predicación ¿se dirige en primer lugar a los "dispersos", a los que están lejos o a nuestro pequeño rebaño personal?
13. Nuevos lugares de predicación
La nuestra es una misión sin fronteras una misión ad gentes que nos enfrenta a algunas urgencias. Es fundamental preguntarse no solamente lo que la Orden tiene necesidad de nosotros sino más aún qué es lo que la sociedad y la Iglesia esperan de nosotros. ¿Dónde se encuentran hoy las líneas de fractura de la humanidad? Cuáles son los areópagos en donde debemos predicar?
(Trad. AZPIROZ COSTA Carlos A., Relazione
del Maestro dell’Ordine sullo stato dell’Ordine, Atti
Capitolo Generale di Bogotà, Appendice n. 52)
Preguntas:
1. Nuestra vida religiosa que comporta una cierta "separación", ¿nos permite asumir mejor las exigencias más profundas de la actualidad?
2. ¿Sabemos pronunciar palabras de consolación o solamente de "denuncia" o peor de "condena"?